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Los canales de Milán conectaban los lagos Maggiore, Como y el río Ticino con otras vías fluviales y el mar. Había cinco canales dentro de la ciudad más un canal circular que conectaba los radiales. Poco después de terminar su construcción, se cerraron. Finalmente, en el siglo XX, solo Naviglio Grande, Naviglio Pavese y Naviglio Martesana quedaron descubiertos y el resto se cubrieron para dar espacio a las carreteras y los automóviles.
La famosa catedral gótica, el Duomo de Milán, tardó más de 500 años en completarse. El edificio es impresionante y contiene más de 3400 estatuas que adornan 135 torres, además tiene las vidrieras más grandes de su tipo.
El maravilloso Arco della Pace comenzó a construirse bajo el dominio de Napoleón. Sin embargo, el monumento se terminó cuando Milán pasó a manos de Austria. Fué en este momento que se decidió dedicar el monumento a la paz. Para burlarse de los franceses y después de la caída de Napoleón, los caballos se giraron 180 grados para dar la espalda a Francia.
Una de las principales atracciones de Milán, la capital de la moda, es la Galería Vittorio Emanuelle II. En el corazón del centro comercial encontrarás el Toro de Turín: dice la leyenda que tienes que girar 3 veces sobre sus partes privadas para atraer a la buena suerte.
En 1833, el gran compositor Giuseppe Verdi vino a Milán para ingresar al Conservatorio, pero no fue aceptado. Entre las razones se encontraba el bajo nivel de piano y la falta de talento musical. Ahora este mismo Conservatorio lleva el nombre del compositor rechazado: Conservatorio di Musica Giuseppe Verdi.
Todas las noches de 7 a 9 tiene lugar el aperitivo de Milán, una costumbre muy arraigada entre su población. La mayoría de los bares y cafeterías ofrecen diferentes tipos de comida tipo buffet que puedes disfrutar de forma gratuita después de comprar una bebida (generalmente un cóctel o una copa de vino). Este es el momento más social del día en que los milaneses aprovechan para quedar y charlar con los amigos.